SALUD 21 de la Región de Murcia
Segunda quincena abril de 2009
Un empleado recibe un trato justo cuando el superior tiene en cuenta sus puntos de vista, comparte información para la toma de decisiones y trata de forma ecuánime a su equipo.
¿Así te trata tu jefe?No es tanto una cuestión de palabras como de actitudes. Entre el trato injusto y el acoso laboral hay una gama de situaciones que comienzan en todo caso con menosprecio a la capacidad o la calidad de la aportación del empleado. Un estudio sueco pone de manifiesto que los empleados tienen la tensión arterial más baja cuando trabajan con un jefe al que perciben justo y ecuánime.
Para ver si esa bonanza laboral se traduce en una menor tasa de episodios cardiovasculares era preciso separar este factor de otras posibles causas como el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo. El estudio se realizó en dos fases; primero se identificó a las personas que aseguraban sufrir una situación laboral injusta y, luego, se hizo un seguimiento de su salud cardiovascular teniendo en cuenta si existían factores de riesgo.
Ha quedado demostrado que, en igualdad de situaciones las personas que sufren estrés por sentirse tratadas injustamente en el trabajo tienen mayor incidencia de enfermedad coronaria.
A los trabajadores les importa mucho el trato de sus jefes. En una sociedad en que todos los signos tienen valor, el trato formal ya transmite categoría y valoración social, de modo que la falta de justicia comporta una sensación de opresión que produce estrés.
Entre los empleados de un jefe injusto, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares es superior. El aumento del riesgo es atribuible al trato injusto exclusivamente, y es independiente de la edad, el estado civil, el nivel educativo la posición socioeconómica y también de factores endógenos como el colesterol, la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión, el consumo de alcohol o la baja actividad física.
Se descarta que el riesgo tenga que ver con otro factor que causa estrés, como la sobrecarga o la falta de correspondencia entre esfuerzo y recompensa.
Para ver si esa bonanza laboral se traduce en una menor tasa de episodios cardiovasculares era preciso separar este factor de otras posibles causas como el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo. El estudio se realizó en dos fases; primero se identificó a las personas que aseguraban sufrir una situación laboral injusta y, luego, se hizo un seguimiento de su salud cardiovascular teniendo en cuenta si existían factores de riesgo.
Ha quedado demostrado que, en igualdad de situaciones las personas que sufren estrés por sentirse tratadas injustamente en el trabajo tienen mayor incidencia de enfermedad coronaria.
A los trabajadores les importa mucho el trato de sus jefes. En una sociedad en que todos los signos tienen valor, el trato formal ya transmite categoría y valoración social, de modo que la falta de justicia comporta una sensación de opresión que produce estrés.
Entre los empleados de un jefe injusto, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares es superior. El aumento del riesgo es atribuible al trato injusto exclusivamente, y es independiente de la edad, el estado civil, el nivel educativo la posición socioeconómica y también de factores endógenos como el colesterol, la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión, el consumo de alcohol o la baja actividad física.
Se descarta que el riesgo tenga que ver con otro factor que causa estrés, como la sobrecarga o la falta de correspondencia entre esfuerzo y recompensa.
Dime cómo está tu corazón y te diré quién es tu jefe.
José Buendía Psicólogo